lunes, 6 de julio de 2020

Algunos relatos de terror


El mendigo del dibujo

Eran las 8 30 de la noche, salía apresurado del trabajo, estaba cansado, no había tenido un buen día. Caminé dos cuadras pensando en llegar a mi vieja pero acogedora cama, descansar y olvidar todo lo sucedido el día de hoy. En la esquina de La Calle Real, Cuando estaba caminando vi a un niño que había hecho un hermoso dibujo de Jesús en la vereda, tenía una pequeña caja de cartón donde algunos transeúntes le donaban algunas monedas, al pasar vi que aquella caja apenas tenia unas miserables cinco monedas, me puse a pensar que sería insuficiente, no le alcanzaría ni para un almuerzo de mercado, a la vez me preguntaba si aquel niño tenía un hogar y una cama donde pueda acostarse. En esos momentos valore mi vieja cama y mi delgado colchón.
Me detuve por un momento y le deje un billete al pequeño... tal vez sería una ayuda poco generosa hasta miserable, pero era todo lo que podía dar. El niño me miró fijamente, con los ojos llorosos me regalo una sonrisa. 

Seguí mi camino, avance unas dos cuadra más. Al frente vi gente amontonada, la policía, gente gritando y reclamando. Sin dudarlo y vencido por mi curiosidad decidí acercarme. Cada vez se escuchaba más claro lo que decían. Se paso la luz roja oficial, tiene que llevarlo preso, lo ha matado... las personas estaban indignadas, era claro que había pasado un accidente. Llegue para ver lo sucedido, me di con la sorpresa que la persona que estaba en el pista con el cráneo destrozado cerca de las llantas del auto era el niño a quien hace un momento le había donado un billete. 
Me pregunte como es que sucedió si el se quedo atrás, lo había visto hace poco. Di la vuelta para encontrar aquel niño y solo estaba el dibujo en la vereda. No quería aceptar que era el mismo niño, pero llevaba la misma ropa, definitivamente era él. El trágico suceso me apeno bastante, no pude evitar derramar algunas lágrimas. 
Al ver a la gente del frente consternada, indignada, entre tantas personas encontré aquel niño. Por un momento me desconecte de la realidad, la sorpresa fue tan impactante que dudaba de mi realidad. Era él mismo, tenía su pequeña caja y a lo lejos podía ver el billete que le entregué. No dije ninguna palabra, pero de alguna manera verlo me alegró por un pequeño momento. Mi razón no entendía aquel evento, no diferenciaba la realidad, parecía un sueño o pesadilla. Me quedé viendo al pequeño. Al lado suyo había un ser muy extraño, llevaba una túnica negra que lo cubría del todo. No se le podía ver la cara. El cuerpo no me respondía, las piernas comenzaban a temblarme, mi respiración se tornaba más rápida, no podía ejecutar alguna palabra, mi lengua obstruía mi garganta... Aquel ser toma del hombro al niño, dan la vuelta y ambos atraviesan a las personas que estaban detrás. Poco a poco su imagen fue desapareciendo, desvaneciéndose entre la multitud...




El ritual de la copa de vino.

Esta invocación literalmente te podría hacer perder la cabeza.

Según la demonología Asiria, AJaru es un demonio vampiro. Puede tomar la vida que sea. No solo se apodera de su alma, le gusta descuartizar a sus víctimas, servirse la sangre en su copa. Además decapitarlos y llevarse las cabezas como trofeo.

Se puede encontrar historias, acerca de personas que tuvieron un encuentro con este ente maligno. No recomiendo hacer este ritual por ser extremadamente peligroso. Y si lo haces atente a las consecuencias.

El ritual de los 6 días para invocar a Ajaru, el demonio que se alimenta de la sangre humana. El cuál disfrutará descuartizarte y tomar tu cabeza si en caso llegaras a perder.

El ritual consiste en dejar una copa de vino tinto con una sola gota de tu sangre, nada más que una simple gota de tu insignificante sangre. Lo colocarás al centro debajo de la cama, esto se hará exactamente a la medianoche.  Luego, dirás 6 veces: Ajaru, te llamo a este mundo para saciar tu sed. Ajaru, te llamo a este mundo para saciar tu sed...
No dudes que este demonio vendrá a jugar contigo.
La regla principal es que pase lo que pase no deberás ver al demonio hasta la tercera noche.
Luego de realizado el ritual, los siguientes dos días debes permanecer despierto, el demonio saldrá debajo de tu cama, tomará tu copa, deambulará por tu habitación, tratará de que lo veas, llegará a tocarte, y tal vez, hacerte alguna pequeña herida pero nada considerable.
A esta criatura no le gusta perder, pero respetará las reglas, si en estos días no lo ves ten por seguro que no te pasará nada.
Al tercer día de realizado el ritual, cuando el demonio aparezca, deberás verlo a los ojos fijamente y no despegar la mirada, de lo contrario perderás. Y ya sabes las terribles consecuencias. Pero si lo haces bien, estarás a salvo y habrás ganado el juego. De lo contrario, el demonio tomará tu cuerpo,  te descuartizará,  te decapitará, tu cabeza quedará en lo más profundo del infierno. Esas son las reglas.
En los siguientes días. el demonio aparecerá en tus sueños. Cada día te asesinará de las maneras más brutales que puedes imaginar. Ese será el premio consuelo para el demonio.
Luego de pasado los seis días de iniciado el ritual, deberás destruir el vaso. Antes deberás ver que la sangre que dejaste haya desaparecido, ya que esa es la señal de que ganaste el juego. Lo malo de este arriesgado ritual es que el demonio en algunas ocasiones no se va con las manos vacías, la persona que haya jugado y ganado estará a salvo pero la criatura tomará la vida de otra persona. Pero no será de alguien de tu familia, por el parentesco en la sangre, lo cual este demonio respetará. Pero personas cercanas a ti, pueden llenar la copa de este ser maligno.


la tenebrosa presencia detrás de la puerta

Hace dos noches que sucedía algo raro. Exactamente a las 3 en punto escuchaba que alguien tocaba la puerta de mi cuarto, siempre despertaba pero al ver a mi puerta no había nadie. Toda mi familia dormía.
Pero a la siguiente madrugada pase la peor experiencia de mi vida. Eran las 3 de la madrugada nuevamente, algo tocó mi puerta, volví a despertarme. Pero esta vez la puerta estaba entreabierta, y pude ver dos enormes ojos que me miraban fijamente. La piel se me erizó, sentí un miedo y unos escalofríos que paralizaron todo mi cuerpo. Aquellos ojos me seguían viendo de una manera perturbadora. Quién esta ahí dije terriblemente asustado. Aquel ser entro a mi cuarto y trepo por la pared hasta quedarse colgado del techo. Pude distinguirlo, parecía un cadáver, llevaba una túnica blanca sucia manchada de sangre. Tenía el rostro pálido, los ojos sobresalían, unas enormes mandíbulas, una boca enorme, el cabello negro largo. Hacía unos ruidos extraños, como si tratara de hablar y solo emitía gritos escalofriantes. La criatura salto a mi cama, y puso su cara frente a la mía, estaba solo a unos centímetros. Mi cuerpo no me respondía no podía mover ningún músculo. Con ambas manos me toco la cabeza.