jueves, 4 de abril de 2013

GATO SIAMÉS (Tercera Parte)



GATO SIAMÉS

IV

Ve con sorpresa, excesivo miedo y cierto grado de preocupación aquella herida, ¿como sucedió? Acaso no fue solo un sueño. Busca algo razonable para justificar aquel incidente. Ismael siempre lleva una navaja por precaución, desconfía de cualquier persona; siempre deja la navaja debajo de su almohada y esa noche no fue la excepción. Ismael encuentra aquella arma a un lado de la cama. Encuentra una pequeña, simple y cuasi falsa esperanza de justificar lo sucedido. Pero la herida empieza a quebrantar su salud, desafortunadamente ha perdido sangre…
Ismael toma la sabana y arranca un pedazo, se amarra el trozo de tela en el brazo para evitar que la herida siga sangrando. Al poco tiempo vuelve acostarse pero trata de evitar dormir, le cuesta trabajo pero el miedo que aún persiste lo anima inevitablemente a trasnochar. Ve con sorpresa su reloj de mano, antes de dormir se lo quitó y lo dejo en el velador que está al lado de su cama. Pero esta vez lo encuentra en el piso, ¿alguien lo movió? Se pregunta. O acaso durante su sueño con algún movimiento inconsciente lo dejó caer.
Ve curioso y asustado el reloj. Son las 3 de la madrugada. Ismael no deja de preocuparse ni preguntarse por lo sucedido, como es que se cortó. No encuentra una explicación contundente… no deja de pensar en las horrendas y grotescas imágenes que vio en su supuesto sueño…
Llegan a su cuarto los primeros rayos del día; nunca pensó que iba a esperar con tantas ansias aquella mañana.
Sin perder mucho tiempo sale del hotel. Va a un pequeño centro médico; ahí le revisan la herida, la desinfectan y posteriormente la suturan. No le toma mucho tiempo. Se siente más calmado, de alguna manera logra dejar de lado aquel evento que lo perturbó y le dejo huellas físicas. Terminada la cita va a buscar un cuarto para quedarse a vivir, las clases en la Universidad empezarán pronto.
Llega a una casa de 3 pisos, el aviso de alquiler está pegado en la puerta, sin dudar ni perder el tiempo toca el timbre y espera a ser atendido.
Sale una señora que lo recibe con un saludo seco y con un rostro poco amigable. Ismael le pregunta por el costo del cuarto, luego le pide si puede verlo. La señora acepta y lo lleva hacia el cuarto. Parece que no lo convence, sale pronto. Le da las gracias por la atención a la señora y se despide. Sale de la casa ve como le cierran la puerta. Voltea para seguir con su búsqueda pero sorpresivamente ve un pequeño gato siamés parado al lado de la puerta; siente un pequeño escalofrió, le vienen recuerdos de aquel sueño, y de aquel gato  que vio dentro del hotel. Tienen un gran parecido. Intenta irse sin pensar en nada más pero al ver al gato fuera y junto a la puerta, lo primero que le viene a la cabeza es que se quedó afuera en el momento que salió. Toca el timbre y le dice a la señora que su pequeño gato se quedo fuera de la casa. La señora niega que el gato sea suyo y vuelve a cerrar la puerta.
Ismael empieza a caminar,  el gato lo sigue. Él piensa en cómo deshacerse de él… siente cierta ternura y un remordimiento en caso lo deje abandonado. Pero que debe hacer, preguntar de casa en casa por el dueño. Sería algo tonto además no tiene tiempo. Luego de pensar por un momento decide llevárselo, tiene la esperanza de encontrarle un dueño, él no piensa quedárselo.
Ve un restaurante a unas dos cuadras de frente, ya es hora de almorzar. Toma al gato y empieza a caminar.
4 horas después. Luego de una ardua búsqueda Ismael encuentra el cuarto que necesita. La vieja casa está ubicada cerca de su Universidad; está ubicada en una zona tranquila, un poco alejado de la ciudad. Hace un pequeño contrato con el dueño; mañana sus padres le enviarán algunos muebles, ropa y otras cosas, necesarias para empezar su nueva vida universitaria alejada de sus raíces.
Le pide al dueño que se quede con el gato; él volverá al hotel a recoger sus maletas, a cancelar la cuenta y a comprar algunas cosas en el centro de la ciudad.
Vuelve al cuarto y recoge a su pequeña mascota. Le da la comida que le compró en la ciudad. Deja al gato comiendo y va a bañarse. Al salir del baño encuentra dentro de su habitación; específicamente sobre su cama… al joven con el que viajó, con el que soñó la noche pasada… está sentado sobre su cama, tiene al gato en las manos y lo está acariciando…
Ismael se queda inmóvil, siente un escalofrió espantoso… esta extremadamente asustado…


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